¡Y hay poetas que son artistas y trabajan sus versos como un carpintero las tablas!

jueves, 26 de abril de 2007

Somnum

Sueño, del latín somnum.
Esta palabra, designa tanto el acto de dormir como el deseo de hacerlo (tener sueño). Para el acto de soñar existe la palabra específica: ensueño, pero suele utilizarse también la genérica (tener un sueño = soñar). El adjetivo correspondiente a ensueño-sueño es oniríco (del griego ónar, o sea “ensueño"). Por analogía con el ensueño (que cumple a menudo fantasías del durmiente), se llama también sueño a cualquier anhelo o ilusión que moviliza a una persona. Estas palabras usadas con una frecuencia espeluznante y en frases de tan poca hondura, se sueltan sin discreción y en un tono de iguales: «Tengo sueño» frase seguida de un estirón de cuerpo o un bostezo; o bien «Tengo un sueño», utilizada con el mismo gesto de desgana, sin darse cuenta que «Tengo un sueño» conlleva a un significante hondo, muy hondo.Soñar es la representación mental de imágenes, sonidos, pensamientos o sensaciones durante el sueño, generalmente de forma involuntaria. El acto de soñar se produce durante una fase del sueño llamada fase «REM» (Movimiento Rápido de los Ojos, por sus siglas en inglés Rapid Eye Movement) que tiene lugar en el último tramo del ciclo del sueño, claro ahora te acabo de dar el por qué del nombre de esta buena banda Gay-vegetariana, que la verdad me gusta bastante y que en sus rolas también tocan temas dignos de ser parte de un sueño: If you believed they put a man on the moon, man on the moon. Además de los músicos, los holgazanes y dormilones; en la historia han existido personas preocupadas por los sueños, por ejemplo. A principios del siglo XX, Sigmund Freud retoma la cuestión desde una perspectiva racionalista con su «Interpretación de los sueños» (1900). El análisis de los mismos es para él la vía regia de acceso al inconsciente. Los psicoanalistas posteriores, ortodoxos o no, persisten en este empeño.Desde una perspectiva distinta a la terapéutica, el surrealismo preconiza también la observación de los sueños. Las revistas del movimiento ponen de moda la anotación de las fantasías nocturnas. En su obra «Los vasos comunicantes» (1932), André Bretón expone su visión del fenómeno y, al mismo tiempo que reconoce la aportación de Freud, polemiza con él por encontrarla insuficiente, aun así, todo intento por profundizar sobre el tema, es una vana brisa sobre la arena. Es innumerable la lista de personajes y teorías sobre este espectacular suceso: SOÑAR. Si le agregan a esta receta una pizca de fantasía, no hay siquiera que cerrar los ojos para hacerlo, la danza de las imágenes va aun más lejos que la repetición de la memoria, es una danza de memorias no vividas con el cuerpo, así, uno puede desarrollar escenas, olores, colores, texturas, sonidos y volar sin artefactos, caer del suelo al cielo, etc. He explicado tanta cosa con la única intención de aclarar que sueño, indudablemente; juegan las hadas alrededor de mi cabeza, mi corazón es un tambor en las manos de algún niño en la lejana África, llamando a todos a la fiesta de estar vivos, una droga que provoca ese delicioso acto de soñar sin restricciones de tiempo, espacio, cuestiones económicas, ni la tontería de ser adultos. se puede ser lo mismo: comediante, intelectual, el mejor espadachín del mundo armado de una vara, todo. La vida, el caminar bajo las plomizas nubes, cocinar, preparar un te inglés, releer «El Principito» o ver una película, tiene una dosis de magia.
Hasta el próximo post

sábado, 21 de abril de 2007

El árbol frente a mi casa

Hoy me desperté muy temprano, siempre lo hago, pero hoy fue temprano aún para mí. Faltaban 10 minutos para las cinco de la mañana; me levanté de la cama y caminé hasta la cafetera y me dispuse a realizar religiosamente la danza de preparame el café, fuerte, negro. Me gusta que su aroma recorra mi departamento, escuchar los sonidos de la cafetera, una orquesta filarmónica de agua hirviendo sobre polvo de café, el chorro de mezcla caliente derramandose dentro del cristal del recipiente. Mientras la cafetera musicalizaba mi mañana, yo frente a la máquina de escribir (una Olivetti modelo 84, que llegó a mis manos no sé bien, si por que yo la encontré, o fue ella quien me encontró) me di cuenta que hace más de dos semanas que intento escribir un poema sobre el árbol que está frente a mi casa, y lo pienso, verso en voz alta, lo imagino todo, aunque no sé si pueda explicar el proceso de escribir. Veamos, es como si a uno le pasaran en un cine, pantalla gigante, sonido estereo, un solo asiento, todo dentro de la cabeza escenas de lo que quiere decir, lentamente, algunas veces con música, otras en un silencio cautivante. Y pensé viendo la imagen de ese enorme árbol frente a mi casa, en lo que las hojas sentían al moverse con el viento, en esa muralla infranqueable de follaje, y recité:

Bailan las hojas polvorientas con el viento,
mortal danza aerea que trae hojas blandas,
un verde nuevo en el árbol frente a mi casa.

La luz conversa suavemente con las hojas de su copa,
debajo, arde una orquesta de pájaros invisibles,
baja lentamente el rocio por sus hojas,

gota a gota por las hojas.

no habitan flores en su coraza,
se le nota la soledad en la corteza,
ha comenzado a endurecerce hacía dentro...

La Olivetti me ve, algo murmura, creo que de nuevo no le han gustado mis versos, sus teclas se han negado a imprimir grafía alguna. Enciendo un cigarrillo, la cafetera ha dejado de ejercer su magia sobre el agua y el polvo de café, me sirvo una taza. Abro la puerta y me siento a ver ese enorme árbol frente a mi casa. Y él me ve, imponente, como se le nota que el no se ocuparía por escribir un par de palabras por mi.

Quizá algún día pueda terminar un poema sobre ese árbol frente a mi casa.

Poema V

Del libro «VocesdelRelámpago»

Accidente modesto
que nace en la fábrica del universo,
de él brota el rumor balsámico de luz y sangre
¡irreducible!
aún para la ciencia de los hombres.

Habla el relámpago
en sus múltiples voces delirantes,
ensueños azules que se apoderan de todo.

Poderosas voces que se guardan
en la pequeña casa de tu vientre,
paraíso primario,
donde estoy constelado,
frágil,
y tan adentro.

León

jueves, 19 de abril de 2007

9 años sin Paz


Las palabras no dicen nada y dicen todo

Octavio Paz Lozano nació en la ciudad de México en 1914, en medio de la revolución. Criado en Mixcóac por su madre, Josefina Lozano, una mujer religiosa, así como por una tía y su abuelo paterno, un soldado retirado de las fuerzas de porfirio Diáz, intelectual liberal y novelista. Su padre, también llamado Octavio Paz, trabajaba como escribano y abogado para Emiliano Zapata, y estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la revolución, pero estas actividades provocaron que se ausentara durante largos periodos de casa.


Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta comprometido, en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes del surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía acabó por convertirse en algo muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza. Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, pasó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que lo llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüísticos se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio Paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido mágico que el autor da a las palabras.
Hoy hace 9 años que la Poesía mexicana, descansa en Paz.

Anatomía del orgasmo:

El orgasmo es uno de los mejores inventos de Dios, un obsequio finísimo, al alcance de ricos y pobres, equitativo, democrático, plural, exquisito. Quizá sea de los placeres más fugaces al que podemos acceder, pero lo sé, y ojala también lo sepan, se puede disfrutar horas, días o hasta años después dependiendo, claro, de el grado de placer alcanzado. Siempre me ha gustado decirle a mis amigas, que hablen con sus parejas a cerca de la masturbación, por qué no hay nada más patético que un tipo solo en su cuarto viendo genitales en el recuadro de 14” de su PC, siempre es mejor entre dos, además, les aseguro será muy placentero para ambos.

El orgasmo según los expertos (habrá que ver que opinan sus parejas) es la 3er. etapa del coito, y tiene muchas variantes. En el hombre es simple, la eyaculación es resultado de pasar por la dichosa 3ra. etapa. En la mujer es distinto, por eso me fascinan, tienen el bendito súper poder del multiorgasmo, claro que tienen que aprender a sentir, es como todo, el cuerpo de la mujer es un mapa infinito, que se puede caminar de labios, navegar con la palma de las manos, lubricar, apretar y soltar delicadamente. Después de un orgasmo largo, tomado con la calma de los amantes pacientes, de los que saben que el vino se huele, saborea, paladea, se traga y sigue su sabor en la boca, uno sale a enfrentar al mundo con la sonrisa idiota que solo proporciona el placer sexual bien conseguido y repartido entre dos.

Para llegar al orgasmo los caminos son tan variados, el ser humano tiene tantas armas: dedos, lengua, no sé cuantos metros de piel extraordinariamente sensible, labios, ojos, oidos, el orgasmo y la poesía son las dos cosas, que sin duda, nos aseguran que provenimos de algo divino. Nos enaltecen y nos dan una razón para seguir caminando en éste mundo tan deplorable.

Hasta el próximo post.

miércoles, 18 de abril de 2007

De Poetas y Bichos


En el siglo XXI, los poetas se han ido, de a poco, convirtiéndose en esculturas solemnes, inamovibles (olvidaron la dulzura del viento, el calor de la piel de una mujer), no les deprecio a los poetas malditos, ni a los solitarios irremediables la bondad de sus palabras, las contracciones cardiacas que tanto he disfrutado, ni el sabor amargo de sus dolores, solo que por estos días los poetas, los maestros, se ocupan demasiado de la técnica, la forma, con ese afán de su «innegable sapiencia». Y por otro lado, los noveles tratan a la Poesía con frialdad insoportable.
Pero, no todo está perdido, quedan algunos cuantos faunos que se pasean por entre los árboles, persiguen musas y les dan palmadas en el trasero. Poetas que aun cantan, como el Poeta chileno Enrique Silva, gran amigo, que en sus textos me permite recordar que hay cosas tan cerca de nosotros que pasamos por alto, gracias QuiQue.

Les dejo un poema que en lo particular me emociona, de su más reciente libro «El hombre con el lápiz en la oreja».


LOS BICHOS

Y no obstante lo ominoso del gusano
Que se nutre, larva y transfigura
En el sueño putrefacto de los muertos.

Y no obstante el espantoso escarabajo estercolero
Que en las fecas nace, se consagra y reproduce.

Y no obstante la lombriz que mutilada
Regenerase en secreto
Semidiós y necrofílica
Casi humana.

Y no obstante bicharraco, sabandija y alimaña.
Y no obstante lo baboso, lo ciempiés, lo erizado en su coraza.

Y no obstante la lanceta y su ponzoña
La trompa que supura y atenaza
Yo venero entre los bichos
Los tres dones que no tengo:

Su amor con las raíces.

Esos élitros capaces de hacer música y volar.

Y tanta
Tanta luz
En un poquito de luciérnaga
.


martes, 17 de abril de 2007

Pecado Original

Hemos condenado al hombre al exilio, lo hemos enfrascado en un proceso de liberación de sí mismo; de los sueños. El hombre inventa máquinas para alejarse de los hombres, tiene hijos con los que no juega, amantes a los que no ama, las señoras Prozac están de moda en los cafés y en los salones de belleza, la sonrisa congelada, y en sus ojos la falta de razones para sortenerla.
Para los griegos pecado se decía hamartia: «fallo de la meta, no dar en el blanco» y de eso se trata la vida, fallar e intentar de nuevo con la consiencia de que no se llegará sino hasta donde sea posible.
Sin el afán de parecerles mustio o clerigo, y tratando a la Biblia como lo que es, un Libro lleno de sabias palabras, cito: En Proverbios 6:16–19, se dice que «Hay 7 cosas que el Señor odia y no puede tolerar». Estas son: Una mirada orgullosa, una lengua mentirosa, manos que matan gente inocente, una mente que hace planes malvados, pies que se apresuran a hacer el mal, un testigo que dice mentira tras mentira y alguien que causa problemas entre amigos; y la suma de todo lo anterior es, desgraciadamente: El mundo.
Estan el peligro de extinción la sorpresa, la magia, los niños en los parques, las mujeres que crean que soy un romántico por ser poeta, y no solo un loco sin tarjeta de crédito ni seguro de retiro.
La literatura, que tanto amamos unos pocos, hoy solo es tinta seca sobre papel o peor aún, enciclopedias que van con el sofá y mueble de la estancia. Le hemos arrebatado al hombre el pecado original de la ignorancia y le hemos arrancado la busqueda del perdón al descubrirlo todo de nuevo. Se abandono la humana intensión de conocerse a sí mismos, ahora el misticismo tiene cara de cantante, idiota guapo de reallity, minifalda en Camuflage, y con todo eso, entiendes por qué los jóvenes pierden la fe al no encontrar a Dios en google, y cada vez venden menos infancia en las jugueterías.

miércoles, 11 de abril de 2007

Raúl Zurita

Tiene los ojos salidos. Grandes. Absorbentes. Que se instalan con fervor en lo que miran, y parecen chupar desesperadamente la belleza que encuentran. Tan fuerte es la mirada como es de débil la voz. Susurra las palabras, a veces en alto y se escuchan. Otras se pierden en el silencio.

Es un loco que se lanzó amoníaco a los ojos para no ver y que se masturbó en público en los años 80, o que se lo dieron porque es de la Concertación, Zurita está en su casa en el Cajón del Maipo y se pasea entre las lechugas de su huerta, los gallos de la pasión y las paredes de adobe semi derruídas de esta casona de campo de 1904, donde vive con su familia hace cinco años. Viene desde el fondo del pasillo, camina agachado esquivando salamandras encendidas y óleos de Benmayor, Domínguez, Bororo y Cienfuegos. Entre los pelos grises de la cara, sale una sonrisa cálida y mucho más ancha que los hombros disparejos. Entra por las puertas altas al escritorio. La chaqueta negra semi manchada y el cigarro prendido colocado entre los dedos amarillos. Se sienta frente a un Mac, justo al medio de un ventanal antiguo que deja ver entre los marcos cuadrados la cordillera y el río. Es tan imponente el paisaje que parece un lugar común pensar que allí sea donde escribe el poeta. Pero él se encarga de romper el mito, deja en claro que escribir poesía es un desgarro mayor.




-¿Cree en Dios?.
-Sí. Ahora creo con una gran certeza, después de una larga, larga, larga, larga trayectoria en la que fuimos dos vecinos que no se saludan, que no se quieren conocer. De pronto vi que a pesar de todos los procesos que he vivido, que a pesar de mí mismo, estaba todo bien, que ella seguía al lado mío, como una musa, una pitonisa.



-¿Por qué escribió en el cielo de Nueva York "Dios es mi no"?.
-Porque sabía de la presencia de Dios, pero no quería hablar nada de él , incluso me molestaba su presencia. Y eso era recíproco.




- Veamos una por una sus locuras más famosas, las que por cierto ahora son materia sabrosa para la polémica. ¿Por qué quiso quedar ciego y se echó amoníaco en los ojos?.
-Vivíamos en un tiempo en que muchos estaban muy locos. Se torturaba, se desaparecía... En ese tiempo, uno de los cuerdos era yo. Intenté cegarme porque tenía un sueño que era escribir sobre el cielo, y pensé que era infinitamente más bello que quien había pensado en escribir sobre el cielo fuese el único que no lo pudiera ver. Afortunadamente no resultó, lo digo ahora con una gratitud infinita. Fue el año 80 y de ese derrumbe, nació Anteparaíso. Es un canto a la maravilla de estar vivo y ver, a pesar de todo.




- Durante el régimen militar, se marcó la cara con un fierro. Aún tiene la cicatriz.¿Por qué lo hizo?.
(Rechaza la idea de hablar de esto, se resiste unos momentos)... Me acababan de botar de una micro por mi aspecto de indigente. Había estado preso en las bodegas del barco Maipo, era comunista, tenía 23 años y cuando me humillaron, me acordé de Jesús diciendo que había que poner la otra mejilla. Era un poeta no publicado, estaba solo y me marqué la cara. Allí empecé a escribir Purgatorio. Y comprendí que no tenía ya que marcar mi cara, sino marcar el cielo y el desierto con una visión que significara, al menos, el vislumbre de la felicidad.
-¿Sigue escrita su frase "Ni pena ni miedo" sobre el desierto de Atacama?.
-Sólo se lee desde arriba. Y la palabra que más se ve es miedo. Las otras se han borrado un poco.
-¿Es verdad que se masturbó en una galería donde usted presentaba un libro, en los años 80?
-No es verdad. Es un mito. Jamás he hecho nada así en público... ¡Tendría que haber sido superman! En público, nada. Lo que pasó es que hablé de eso, dije que una obra de esa potencia sólo podía presentarse con esta foto. Y mostré una foto mía, fuerte, pero que hoy se podría hasta mostrar en Canal 13. Y alguien la llevó a El Mercurio y se publicó como si ello hubiera ocurrido ahí. Pero es un mito.



- Con todo esto, ¿no le parece razonable que lo consideren loco?.
- Soy consciente de la vida que me ha tocado vivir. Mi poesía le puede parecer a unos buena y a otros vergonzosa, como se ha dicho, pero independiente a ello, me siento orgulloso de la dignidad y de sus consecuencias. He sido honesto con lo que he hecho, y valiente. Nunca me he dejado una puerta abierta para retroceder. Siempre que he sentido algo, me he lanzado con todo. Ese es mi único orgullo. Los poemas son un don, no son mis méritos, es como haber nacido bonita. Los méritos son tratar de hacer una vida lo más honesta posible.

«Los poemas hablan de cosas que ignora también quien los escribe»

martes, 3 de abril de 2007

León Plascencia Ñol


«Estando enfermo y con fiebre, a los 12 años, mi mamá me regaló un libro de Pablo Neruda. En tal proceso de alucinación, física y cerebral, avancé en la obra del poeta chileno prolongando la fiebre corporal a la del espíritu».






Zoom
(Alduz-Difocur 2006)


El poemario ganador del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2005
León Plascencia Ñol (Ameca, Jalisco / 1968)



León, nos muestra un universo contenido en un mazo de tarjetas postales, una bitácora donde lo verdaderamente importante es el qué y no el dónde. Plascencia nos muestra un pormenorizado inventario de algunos, muchos días, viajes y momentos, ciudades que nos envuelven en éste devenir de imágenes a través de panorámicas, planos cortos, escenas de cámara fija, instantáneas que aspiran afanosamente a la permanencia. Zoom, nos plantea un largo viaje, una vuelta al mundo en treinta y un poemas. El poeta nos regala los retratos de: Virna una compañera de viaje, que tras cinco páginas aparece solitaria, «La Flaca» y su «posesa», todas la misma y tal vez ninguna; pero todas llenan está bitácora como los personajes de una narración que también escriben, la fotografía de un viaje que también han visto, con otra lente, como quien dicta, desde los pliegues de su carne, un guión improvisado.

Orfandad

Me perdí cuando niño,
me olvidaron los espejos,
supe la verdad sobre la soledad
cuando descubrí la Luna.

Las calles ya sin nombres,
sin nación,
oquedades todas,
pilotaron mis pasos
a una visión en technicolor,
del sin tiempo, del abandono.

Del pavimento a la tierra suelta:
Un par de pasos.

Metales y memorias ardían lo mismo,
bestias olvidadas en un cementerio improvisado,
lágrimas de aceite, cuerpos retorcidos,
abandono del motor por la chatarra.

De la tierra suelta a un sembradío de engranes:
Un par de centímetros.

Bajo mis pies, tornillos burbujeando de cansancio,
pintura en modernos dinosaurios
levantando plegarías y escamas al sol,
expuesta la soledad del birlo sin la tuerca.

Ah! Tambor sin su neumático,
Mercedes-benz veinticuatro asientos desolados,
lágrimas de vidrio formando un pasto abrillantado.
Ah! Pistón sin tu bujía.

Soledad paleontológica,
el hombre abandona perpetuamente,
se abandona a sí mismo, a Dios y
¡al diablo con el hombre!

Debajo de los cuerpos no habitan ya los carroñeros.
Teobaldo es príncipe y señor del cementerio,
triste maúlla sin un Mercutio al que arremeter,
ni rata que comer, sin entender aún a los espejos.

¿Qué quieres de mí? Dijo Teobaldo.
Una sola de tus nueve vidas, dije;
Una sola, de ser el olvidado.

Noviembre/2006.