¡Y hay poetas que son artistas y trabajan sus versos como un carpintero las tablas!

jueves, 19 de abril de 2007

9 años sin Paz


Las palabras no dicen nada y dicen todo

Octavio Paz Lozano nació en la ciudad de México en 1914, en medio de la revolución. Criado en Mixcóac por su madre, Josefina Lozano, una mujer religiosa, así como por una tía y su abuelo paterno, un soldado retirado de las fuerzas de porfirio Diáz, intelectual liberal y novelista. Su padre, también llamado Octavio Paz, trabajaba como escribano y abogado para Emiliano Zapata, y estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la revolución, pero estas actividades provocaron que se ausentara durante largos periodos de casa.


Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta comprometido, en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes del surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía acabó por convertirse en algo muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza. Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, pasó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que lo llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüísticos se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio Paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido mágico que el autor da a las palabras.
Hoy hace 9 años que la Poesía mexicana, descansa en Paz.

1 comentario:

mariane dijo...

Un sabor amargo el saber que este magnífico poeta nos ha dejado sus palabras desapareciendo de nuestro lado.

Un abrazo,

Mariane