Como dos extraños
alguna vez amé a una mujer que no existe:
Tan distinto es el amor,
cuando lo que se ama es un caldo
que derrama una vasija impalpable.
Ahora que me dejen tranquilo
los fantasmas, tus ojos,
el manantial de luz que exhalas.
Que distinto el amor, que diferente,
cuando no tengo ganas de matarte,
que no ahondo la mano para acariciarte
la grieta húmeda e infinita donde quiero perderme.
miércoles, 3 de junio de 2009
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3 comentarios:
Sabes, tengo una historia parecida a la que contás en tus versos, una vez amé a un hombre que no existió en ese momento y menos ahora, pero lo sigo inventando en mi mente;de algún modo me hace feliz. Cuando quieras te invito unos mates y te narro el cuento.
saludos desde el sur
Qué haría el artista sin tener la paleta llena de utopías, no debieran secarse nunca según qué pinceles, incluso cuando las musas se esconden tras los lienzos.
Un abrazo!
¿Hasta cuándo la luz en la ventana
y el corazón ansioso
bebiéndosela a sorbos?
¿Hasta cuándo la cacería de sueños
sin destino?
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